La
autoestima de una persona se forma en el tiempo y desde que somos pequeños, Como
ejemplo voy a poner a la planta o el árbol en comparación al humano.
Las
plantas antes de crecer son una semilla que conforme se le va administrando
agua, la van asimilando, dando paso a su crecimiento.
Hasta que
un buen día todas sus partes físicas han logrado crecer, es decir, raíces,
tallos, y las hojas. Cada una de estas partes ha cumplido una función
importante para que la plantita pueda terminar su etapa de crecimiento.
El
siguiente paso será cuidarla para que vaya rompiendo las flores, es aquí en
este momento donde vamos a descubrir su forma de actuar y de absorber todo lo
que en la tierra encuentra para fortalecerse.
Al final salen las flores y el
proceso de descubrimiento y fortalecimiento esta culminado.
Pero como
de esta planta se esperan frutos entonces es necesario comenzar un proceso
permanente y vitalicio para que nuestra plantita nos dé una buena cosecha y
jamás se marchite.
Los
cuidados principales son amor, mimos, agua, y muchos fertilizantes gracias a
ellos, esta plantita siempre nos dará su mejor rostro y estará preparada para
cualquier tiempo climático, malo como el invierno que le visitara siempre.
Como
podemos ver nuestra autoestima comparte etapas de crecimiento con la planta. La
primera etapa es la del crecimiento que iría desde los 0 a los 10 años en la
que comenzamos a crecer con la ayuda de nuestro entorno, y en la que nos
enseñan a querer y nos halagan nuestros aspectos físicos, con frases como: que
lindo eres, que guapo eres, que ojos tan bonitos tienes, etc.
Pero en la
etapa de los 10 a los 15 años empezamos a querernos solos, ya coqueteamos
frente al espejo, nos gusta cuidarnos, decirnos cosas bonitas. Hasta aquí nuestra
autoestima ya posee raíz y tallo.
Las flores
vienen hacer como nuestro proceso de descubrimiento y fortalecimiento a través
del conocimiento de nuestro interior, desde este momento aprendemos a
conocernos por medio de las actitudes y a valorarnos.
Pero quizá
el método más importante para que esta formación sea permanente y genere sus
primeros frutos es el cuidado, es aquí donde nuestra planta de autoestima necesita
constantes muestras de cariño para que el denominador común sea positivo.
Necesitamos
darnos baños constantes de auto-amor que son equivalentes al agua diaria para
nuestras plantas.
Los fertilizantes vienen hacer la voluntad diaria que
tengamos para cambiar las actitudes negativas por positivas, fortaleciéndonos
para que cuando tengamos malos tiempos sepamos responder con firmeza y
mantenernos vigorosos ante los temporales de obstáculos.
ESCRITO POR K.Q.G
DERECHOS RESERVADOS
Vaya post! es la inspiración del día.
ResponderEliminarES muy buena la comparación entre nuestra autoestima con un árbol, estoy de acuerdo contigo en que se construye día a día y con una aptitud positiva.
Gracias por compartirlo.
Un besito, que tengas un lindo finde
Make your Own Fashion blog
Me encanta la analogía que nos presentas hace el proceso de cuidado del autoestima muy entiendible! Siempre es muy importante cuidarnos en este aspecto ya que eso influye en muchísimos aspectos de nuestra vida
ResponderEliminarMe encanto, la comparación con el árbol está genial y muy clara, gracias por este post, muy lindo
ResponderEliminarMuy interesante, nunca antes había pensado en mirar la autoestima de esa forma, con la comparación del crecimiento de un árbol y es de lo más acertado! Hay muchas similitudes y, desde luego, da que pensar.
ResponderEliminarMe gusto mucho el post me hizo reflexionar mira que nunca he visto la autoestima desde este punto de vista, comparando la autoestima con una planta puedo decir que en un momento hice que mi planta se marchitara con pensamientos negativos ya que tenía mi autoestima por el suelo pero ahora al leer tu post me haces tratarla con amor, sabiendo que va a florecer en algún momento. Besos
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarMe ha parecido un post interesante. Has hecho una proyección de la autoestima de una manera distinta. A veces dando como ejemplo cosas materiales podemos simplificar más la lógica para entender lo que sucede a nuestro alrededor. Muy buen post.
Hola,
ResponderEliminarme gusta mucho la métafora que has usado para hablar de la autoestima. También es cierto, que en los primeros años, el entorno sea, aunque no lo haga con mala fe, una influencia mala para la autoestima. Cuando se repiten cosas como 'eres torpe' o parecidos... Po eso es tan importante lo que dices de auto-amor. Así que me ha parecido un post muy bonito. Saludos.
Irene Peralta
Hola bonita, me gusta mucho lo bien y clarito que has explicado todo y la comparación que has hecho con las plantas. Estoy de acuerdo con tus palabras y sin duda tomaré alguna de estas frases para tenerla muy presente a diario. :)
ResponderEliminarCuanta razón en todo lo que dices, mi abuela dice que a las plantitas hay que hablarles con amor y así florecen, lo mismo las personas. Hay que resaltar en los pequeños sus virtudes y apoyarlos en lo que no les va tan bien, pero siempre de un modo positivo no recalcando que son "tontos o torpes" luego aunque no parezca termina por afectar en su autoestima y son cosas que a veces se arrastran toda la vida.
ResponderEliminarBesitos!
Muy buena reflexión y la comparación va genial, y es darnos ese toque de amor día a día, ese toque de entusiasmo y siempre ser positivo en lo que hacemos, de esta forma nuestra autoestima ira muy bien.
ResponderEliminar┊ ┊ ┊ ┊
ResponderEliminar┊ ┊ ┊ ★
┊ ┊ ☆
┊ ★
☆
¡Hola Karen! (○^o^)/)) ☆
Me parece linda la analogía que desarrollas es esta publicación, es bastante esencial. Sin duda los apapachos son los mejores nutrientes para fortalecer el amor propio.
┊ ┊ ┊ ┊
┊ ┊ ┊ ★
┊ ┊ ☆
┊ ★
☆
Hola,
ResponderEliminarEs una manera interesante y muy específica de describir la situación humana. Lo veo más entendible con este tipo de comparaciones.
La autoestima y la estimación positiva es muy importante para una mente sana, al igual que las plantas, se debe cuidar.