Avanzando a la siguiente para de metro, llegamos al CONSUMO, no puede haber producción sin en este elemento.
Un habitante promedio consume el doble de lo que consumía hace 50 años porque hace 10 lustros se valoraba la buena administración, la inventiva y el ahorro.
Marx índico que la naturaleza de los hombres depende de condiciones materiales lo cual condiciona su libertad y produce la pugna de las clases sociales, en cambio Eisenhower nos dejo claro que el fin del ser humano es producir y consumir a un ritmo maniaco.
Como vemos con el tiempo hemos tomado como regla la de Eisenhower sin tomar en cuenta el matiz de Marx.
Es avergonzarte tener que desvelar que el fin del ser humano no es salud, educación, investigación, desarrollo, sino consumo.
Llegando al este vagón nos preguntamos cómo consiguieron que todos nos embarcáramos en esta parada, pues la respuesta es obsolescencia programada, es decir, diseñado para ser desecharse, cada año solo se cambia una pieza de los televisores pero como no puedes cambiar solo eso, lo tiras y compras otro.
Hace 50 años las revistas de diseño industrial ya nos avisaban a viva voz que se iban a crear productos desechables, la problemática surgía en cómo hacerlo sin que el consumidor pierda la ilusión de comprar uno nuevo, pues más tarde ese problema fue solucionado gracias a la obsolescencia percibida que se encarga de abducirnos y convencernos de que tenemos que tirar las cosas, sus herramientas favoritas son el marketing y la publicidad que se reparte gracias a los medios de comunicación.
La televisión constantemente nos está diciendo que no vamos a la moda, que tanto vales tanto cuestas, hasta los coches tiene clase, no es lo mismo un mercedes clase A que un mercedes clase C, recibimos más de 3000 anuncios al día que nos invitan a cambiar de look nuestra casa, nuestra persona mediante la compra.
Vemos más comerciales al año de los que el alguien de la década de los 50 veía en su vida. Tenemos temporadas al año como la navidad que nos invita a regalar algo alguien de manera casi obligatoria porque si no lo hacemos no estamos dentro del redil.
Llegados a este punto nos damos cuenta que los habitantes de la tierra la única para de metro que cogemos es la del consumo, nadie sabe cómo está hecho lo que consume a diario.
En los años 50 la felicidad llego a rozar los limites más altos, a partir de la abolición del feudalismo tenemos más cosas, pero somos más infelices porque a penas no tenemos tiempo para dedicarnos hacer cosas de provecho.
La jornada laboral legal en países como España es de 40 horas semanales con jornada intensiva y partida de 8 horas pero las ilegales no tienen fin. Cuando salimos del trabajo si es que salimos, solo dedicamos tiempo a comprar y a ver la televisión.
Escrito por K.Q.G
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La verdad es que se nos va un poco de las manos si. El nivel de consumo es extremadamente abusivo. Ya se produce para el consumo por lo que la duración de las cosas son demasiado escasas. Ganas un sueldo para devolver ese dinero a los mismos empresarios... una rueda sin sentido
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, a medida que han pasado los años el nivel de consumo ha ido creciendo a un nivel que roza el abusivo y eso provoca que cada vez demos menos valor a lo que tenemos y el problema de gastar demasiado. Una gran reflexión.
ResponderEliminarLa verdad es que no somos conscientes de lo que el consumo provoca en nuestras vidas en muchos sentidos es positivo porque nos hace avanzar pero en otros sentidos es un atraso y demasiado abusivo.
ResponderEliminarPor eso es que opté por un estilo de vida minimalista, más natural y claro, me encanta reciclar todo lo que puedo a la medida que puedo y tengo espacio. Soy bien cuidadosa de lo que compro en todos los aspectos; desde ropa, zapatos y artículos personales. Muy buen escrito.
ResponderEliminarLas acciones a la larga están generando situaciones que no nos permiten ser conscientes de lo que esga sucediendo, es una verdadera lástima, nos dedicamos a cosas vanales y olvidamos lo que realmente importa.
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